La brisa marina

Antonio Rivera - 20 Ene 2012 - 16:07

No hay duda de que la brisa marina es una de las señas de identidad más importantes de los climas costeros. Ahora que poco a poco, conforme avanza la primavera, los días en los que sopla la brisa comienzan a ser más habituales vale la pena volver a recordar qué son exactamente y por qué se producen.

Las brisas son vientos térmicos que se producen por el diferente calor específico del agua y la tierra, independientes por tanto de los denominados vientos sinópticos formados por la distribución geográfica de anticiclones y borrascas. El calor específico es una propiedad física que nos indica la cantidad de calor que hay que suministrar a una sustancia para que eleve su temperatura 1ºC. De acuerdo con esta definición, contra mayor sea el calor específico de una sustancia, más costará que ésta aumente su temperatura. El agua tiene un elevado calor específico, mucho mayor que el de la tierra, y por ello, a igual cantidad de calor recibido, la tierra elevará su temperatura por encima de la del mar.

Esta es la clave de la formación de las brisas costeras. Durante el día, la radiación solar llega por igual a la tierra cerca de la costa y al mar, pero la temperatura de la tierra se elevará más. El aire situado sobre la costa por tanto se calentará más y comenzará a ascender. Ese vacío será sustituido por el aire situado sobre el mar. Y ese aire moviéndose para sustituir ese vacío desde el mar hacia la costa es la brisa marina. La brisa será por tanto un viento húmedo y relativamente fresco, dependiendo de la época del año ya que estará estrechamente relacionado con la temperatura de la superficie del mar con la que originalmente está en contacto. Por la noche sucede el fenómeno contrario, debido a que ahora es la Tierra la que se enfría más rápido, apareciendo la denominada brisa de tierra, que evidentemente sopla desde el interior hacia la costa.

Como curiosidad diremos que debido al movimiento de rotación de la Tierra aparece una aceleración denominada aceleración de coriolis, cuya acción provoca que los fluidos se desvíen hacia la derecha en el hemisferio norte (izquierda en el sur). Es por ello por lo que si nos situamos de frente al mar, la brisa nos llega de la derecha. Por tanto su dirección exacta dependerá de la orientación de la costa. En Valencia, por ejemplo, la brisa tiene una dirección Este-Sureste. Independientemente de las posibles variaciones en su dirección dependiendo del lugar, este viento recibe el nombre genérico de Garbí.

Siempre se asocia la brisa a la época estival, ya que es en esa época cuando su efecto refrescante permite que las temperaturas en la costa apenas superen los 30ºC, mientras que en zonas del interior, lejos de su influencia, éstas superen con facilidad los 35ºC. A cambio, eso sí, de un aumento de la humedad relativa que crea en muchas ocasiones sensación de bochorno. Pero la brisa no es algo propio del estío. Según los datos del libro Climatología de la ciudad de Valencia, el número medio de días de brisa por meses es el siguiente:

Por tanto, en el litoral de la provincia de Valencia se registran brisas durante todo el año, aunque es más probable su formación en los meses de verano, con una ocurrencia cercana al 70% de los días. En los meses de Diciembre y Enero la ocurrencia media de las brisas está entre el 5 y el 10% de los días. A nivel anual, los días de brisa en la ciudad de Valencia representan el 41% de los días. Como vemos, y en contra de lo que se podría pensar, las brisas no son una exclusividad de los días veraniegos.