Diferencias entre tiempo y clima
Antonio Rivera - 20 Ene 2012 - 13:47 Seguir @meteolp
Tiempo y clima son dos términos que se utilizan con mucha asiduidad...y lo peor es que en no pocas ocasiones se utilizan mal. La confusión que existe entre los dos términos parte de que están evidentemente relacionados, pero no significan ni mucho menos lo mismo.
Empecemos por definirlos: el tiempo meteorológico lo podríamos definir como las condiciones físicas y químicas de la atmósfera en un determinado momento y en un determinado lugar. De esta definición podemos extraer dos consecuencias importantes: por un lado, el carácter efímero del tiempo, ya que las condiciones de la atmósfera en un determinado lugar están cambiando constantemente; y por otro lado, que el tiempo es algo tangible, algo que podemos medir. Podemos conocer, por ejemplo, la temperatura en un momento determinado utilizando un termómetro, la presión atmosférica mediante un barómetro, o la humedad relativa mediante un higrómetro, y así sucesivamente hasta tener todas las variables que caracterizan a la atmósfera.
En castellano utilizamos indistintamente la palabra tiempo para designar el tiempo meteorológico y el cronológico. No ocurre esto en otros idiomas como el inglés que diferencia entre “weather” y “time”; o el valenciano, con “temps” y “oratge”. Antiguamente en castellano si que se usaba un término para designar el tiempo atmosférico y diferenciarlo del cronológico, que era temperie, término actualmente en desuso.
Por otra parte tenemos el clima, que lo podríamos definir como el conjunto de los fenómenos meteorológicos que caracterizan el estado medio de la atmósfera en un lugar determinado a lo largo de un periodo de tiempo suficientemente largo. En este caso ya no hablamos por tanto de algo efímero, de algo instantáneo, sino de un periodo de tiempo suficientemente largo. Ese periodo, en la actualidad, se estima que debe de ser de al menos 30 años. Por otra parte hablamos del estado medio, o sea, de las situaciones habituales o normales que suelen darse en un determinado lugar. Por tanto podríamos decir que el clima es el promedio del tiempo a largo plazo.
Pongamos un ejemplo para que se entienda mejor este concepto: aunque en Valencia haya nevado alguna vez en invierno, nunca podríamos decir que Valencia es una ciudad con un clima en el que nieva en invierno, ya que lo normal, lo habitual, es que no nieve en invierno. Pero sí que podríamos decir que Valencia tiene un clima caluroso en verano, ya que es lo que sucede normalmente, aunque puede haber algún día más fresco de forma ocasional.
El clima es por tanto algo intangible, algo que no podemos medir directamente con ningún aparato. Tendremos que recurrir en este caso a las matemáticas, y más concretamente a la estadística para obtener valores tales como temperaturas medias, precipitación media, número de días de lluvia al año, dirección media del viento etc para que nos den una idea de cómo son normalmente las condiciones meteorológicas de un determinado lugar. Además, estos datos estadísticos nos van a servir para una cosa fundamental, y es que gracias a ellos podremos comparar distintos periodos para ver cómo ha evolucionado el clima: si ha cambiado o no, si es más cálido o más frío, si llueve más ahora o menos que antes.
También son diferentes los estudios académicos que se encargan del tiempo y del clima. Mientras que el tiempo es estudiado por la meteorología que la podríamos encuadrar dentro de las ciencias físicas, del clima se encarga la climatología, que tradicionalmente se ha incluido como especialidad dentro de los estudios de geografía.
Con esta diferenciación entre tiempo y clima podemos ahora fijarnos en esos errores que habitualmente se cometen al utilizar estos términos. Oímos constantemente expresiones tipo: las condiciones climatológicas durante un partido de fútbol o durante una carrera ciclista cuando en realidad tendríamos que hablar de las condiciones meteorológicas o del tiempo atmosférico, ya que evidentemente en este caso hablamos del estado de la atmósfera en un momento determinado.
Por otra parte, muchas veces se utilizan fenómenos meteorológicos puntuales extremos para asociarlos al llamado cambio climático, y sólo si estos fenómenos se convierten en algo habitual es cuando, a la larga, podrían convertirse en una característica nueva del lugar, y por tanto a formar parte de su clima.
A modo de síntesis utilizaremos un símil que sirve para entender mejor esa diferencia entre tiempo y clima; podríamos decir que el clima es una película y el tiempo es cada fotograma de esa película. Es la sucesión de esos fotogramas, la sucesión de los diferentes tipos de tiempo, los que conforman la película, o sea, el clima de un determinado lugar.